La caja mejor guardada

Es la casa a las afueras de Buenos Aires de la pareja de arquitectos argentinos María Victoria Besonías y Guillermo de Almeidata, de BAK arquitectos. El proyecto traía diversos condiciamentos. Uno: la seguridad, al ser un lugar apartado, lo que no podía ser óbice para no aprovechar el exterior. Segundo: eran los primeros vecinos de un incipiente condominio. Tres: el uso de la casa debía ser flexible, a fin de estar preparada para recibir muchos visitantes y alojar ocasionalmente a los hijos. Por último: era condición indispensable que la casa se desarrollara solo en planta baja.

La solución al primer problema se resolvió extendiendo la vivienda hasta las medianeras para sólo tener dos frentes vulnerables, que se protegen con cortinas metálicas enrollables. De esta forma, las dos fachadas de casi 14 metros de largo se transformaron en elementos esenciales del proyecto. De esta primer decisión y de la necesidad de resolver el proyecto en planta baja surge, casi naturalmente, el crear dos patios interiores, pues dejan pasar la luz natural y ventilan todos los espacios. La fachada hacia el frente se revistió de listones de madera de quebracho, lo que otorga intimidad a los ambientes que dan hacia ese lado, además de resolver el hermetismo de la casa. En el resto es el hormigón armado el protagonista exclusivo, que se dejó a la vista sin ningún tipo de tratamiento superficial.

Fotos: Gustavo Sosa Pinilla