arquitectura y hogar

Hermético Tokio

El estudio Kurosaki Satoshi resolvió en una pequeña parcela de 65 metros cuadrados este edificio de hechuras modernas por específico deseo de sus dueños, una pareja de 30 años abierta a nuevas ideas.

En la cara sur, orientada hacia las entradas a otros edificios, se instalaron ventanas en una disposición aleatoria. Para mantener la privacidad, en la fachada frente a la carretera se colocaron persianas de madera. El contraste entre las ventanas y los muros exteriores revestidos en acero le da a la vivienda un aspecto hermético. Al elevarse esta sobre pilotes, queda abajo un espacio para estacionar los coches. La primera planta acoge el dormitorio principal y una galería con la colección de bicicletas del marido. Un flujo constante y difuso de luz se derrama en el interior desde el tragaluz. Al aumentar la altura del estrecho espacio de la segunda habitación, se enfatizó la profundidad del terreno, lo que oculta la estrechez de la fachada.

Obra nueva

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