arquitectura y hogar

En mutante armonía

Los japones tienen la virtud de apañarse con cualquier rincón, por pequeño que sea. Ventajas de vivir pegados al suelo. Además, saben apreciar como nadie la delicadeza de la naturaleza. O al menos eso le sucede al dueño de esta casa, dependiente en una floristería que contaba con una pequeña parcela y quería que la casa transmitiera la armonía de la naturaleza, siempre cambiante. Para empezar, el estudio Suppose decidió encerrar con la fachada un pedregoso jardín interior que se prolonga fuera.

La capa exterior se construyó como un almacén de madera. Dentro, el espacio, los estantes de libros y todo en general está concebido como algo inacabado, en pleno proceso de transformación, como la naturaleza misma. «Era importante que el cliente aceptara que la vivienda se encuentra en proceso de cambio y que proviene de la idea de acercar la escala de la arquitectura a la de la naturaleza», explican desde el estudio.

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