A la tercera

Situada junto a las playas de Marsella (Francia), esta vivienda flanqueada por un establo la ha rehabilitado el estudio de Maurice Padovani tras otras dos reformas previas. A finales de los noventa, los propietarios rehicieron el primer piso, poniendo a sus dos hijos a compartir la misma habitación. El volumen se liberó de todas sus divisiones y el dormitorio de los padres se abría a la sala de estar, accesible por una escalera de metal.

Unos años más tarde, la pareja adquiere el semi sótano y una dependencia contigua. La cocina y la sala de estar se bajan ahí y, de nuevo, las particiones se eliminan hasta al punto de integrar el pequeño jardín con la casa. Ahora los dos hijos llegaron a la adolescencia y el primer piso se volvió a restaurar. El viejo espacio de la cocina se ha convertido en dos nuevos cuartos de baño, la chimenea ha desaparecido y se ha creado una nueva habitación bajo el entresuelo, que permite por fin que los niños se instalen cómodamente. La escalera que conduce al entresuelo, una lámina de acero doblada desnuda, icono de la casa, se trasladó a la nueva sala  y, firmemente, se fijó a una estructura oculta dentro de la pared. La cocina se compone de dos bloques paralelos totalmente lacados en blanco. Ambos son parte de las escaleras que discurren a su lado.

Fotos: Paul Ladouce