arquitectura y hogar

La casa colgada

La pasión por el surf trajo al dueño de esta casa, un abogado de San Francisco, a las montañas de Nosara, en Costa Rica, desde las que se observan las playas del océano Pacífico. El proyecto, obra del estudio Datum Zero, tuvo que desafiar un terreno muy escarpado, y el presupuesto no daba para grandes alegrías, pero la imaginación todo lo puede.

Anclada en un extremo a una base de cemento, la vivienda queda suspendida por encima del bosque gracias a unas delgadas columnas de acero que llegan a sobrepasar los cinco metros de altura. Así, la casa se pierde entre las copas de los árboles, cuyas ramas se adentran en las amplias terrazas de teca. En la mencionada base, se erige una delgada torre «zen», recubierta de laminas acero que se dejaron oxidar y se sellaron. El primer nivel lo ocupa el dormitorio principal, encima hay espacios para meditar y por una escalera exterior subimos a una terraza desde la que se observa la calidad de las olas, disfrutando al mismo tiempo de un esplendoroso paisaje. La casa está adaptada a los cambios drásticos del clima, entre lluvioso y muy seco. «La diseñamos como un respirador, una casa que filtre el sol, el viento el aire e incluso las visuales», apuntan desde el estudio.

Obra nueva

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