Kogan al cubo

«Soy una puta”, dice el arquitecto brasileño Marcio Kogan, al frente del estudio MK27. “Me dedico a dar placer a mis clientes”. El máximo. Su obra tiene el efecto de, componiéndose de las líneas más mínimas, desprender un enorme calor. Esta forma de diseñar le convierte, junto a Isay Weinfield, en el abanderado de la nueva arquitectura brasileña, que es la puesta al día del modernismo tropicalista que practicaron ases de este oficio como Oscar Niemeyer, Lina Bo Bardi o Lucio Costa. Dos plantas de hormigón grueso se alzan por encima del salón sin paredes en su último proyecto, en São Paulo (Brasil).

Objeto sólido perforado por grandes huecos, es un volumen monolítico que, en su interior vacío, contiene otros volúmenes. Una placa metálica perforada se desliza hacia atrás y hacia adelante en todo el perímetro de la planta baja, permitiendo que el espacio se muestre u  oculte como guste desde el jardín y la piscina. En los pisos superiores, estas pantallas sirven para cubrir también los grandes huecos de las ventanas. Peldaños suspendidos se levantan a través de una estrecha escalera para conectar cada uno de los pisos y, finalmente, conducen a una terraza en la azotea.

Fotos: Nelson Kon y Fernando Guerra