arquitectura y hogar

Hacia ninguna parte

El propósito de esta vivienda no es tanto el hacer confortable la vida de sus moradores –aunque por dentro resulte intachable– sino el realizar una performance. Diseñada por el estudio austriaco Weichlbauer, tiene ventanas decoradas con otras ventanas y, como en un cuadro de M. C. Escher, escaleras que no llevan a ninguna parte.

Si se ha cubierto de una piel de hierba sintética es para «explorar la conectividad entre la naturaleza y la arquitectura». Pero dada la artificiosidad del proyecto, parece más bien que eso no ocurre. Más bien puede ser tomado como un escenario de cuento de hadas o, si nos apuramos, de pesadilla. Al menos, se camufla en el paisaje, lo que siempre resulta una virtud cuando se trata de escenarios naturales de la talla de los Alpes austriacos.

 

 

 

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