Experiencias para vivir (y vender)

Como vender pisos se ha vuelto cada vez más complicado, incluso en los países nórdicos, la inmobiliaria sueca Skeppsholmen ha decido darle un giro a su negocio y vender sus propiedades como si se tratara de casas de revista, al igual que lo hace en su país Fantastic Frank. Antes de sacarlas al mercado, estilísta y fotógrafo se encargan de que luzcan de la mejor manera posible, decorándolas al efecto y buscando los mejores ángulos para retratarlas. Esto tiene un coste extra, pero se compensa por el incremento que sufre el precio la vivienda, pues se ha convertido por arte de magia (fotográfica) en un codiciado objeto de lujo. Es decir, Skeppsholmen ya no vende pisos sino experiencias para vivir.

En este caso, se trata de un ático en Estocolmo de 175 metros cuadrados y con seis amplias habitaciones. Se ha decorado con detalles modernos y cuenta con una gran espacio que incluye el salón, el comedor y la cocina. La paleta de colores es de estilo minimalista: blanco, negro y toques de elegante gris. Todos los dormitorios cuentan con grandes ventanales con vistas a la ciudad y en una esquina de la casa se esconde una sauna.