arquitectura y hogar

Entre dos aguas

La normativa en Mungia, municipio cercano a Bilbao (España), obliga a utilizar en las nuevas construcciones una cubierta a dos aguas con teja, a fin de mantener un identificable estilo arquitectónico en la zona. Sin duda, es bueno que se busque cierta uniformidad estética; la experiencia ha demostrado que no hacerlo puede dar lugar a auténticos crímenes urbanísticos. Pero eso no impidió al estudio Foraster buscar soluciones originales que, respetando las leyes, pusieron al día las tipologías existentes.

Eso hicieron en el núcleo rural de Basozabal, donde acaban de terminar una nueva vivienda en la que una gran cubierta a dos aguas cubre dos volúmenes cúbicos de formas modernas. Separados por el acceso a la casa, uno alberga, estructurado en dos plantas, los dormitorios, con el principal ocupando toda la planta de arriba. Un gran salón con chimenea se despliega en gran parte del siguiente. Comunicado visualmente con el cuarto de los propietarios, se extiende hasta el techo de vigas de madera, dando una gran sensación de amplitud. A un lado queda el comedor y la cocina, y detrás la piscina. La cubierta se ha confeccionado en madera, mientras que el resto de la envolvente está hecho con piedra caliza perlato. Este material se extiende por el suelo en la zona de acceso a la vivienda y conjuga con armonía con el acero cortén empleado en las jardineras y los alcorques –que protegen la base de los árboles–, situados en la zona delantera de la parcela. En la parte posterior, el jardín ocupa una gran superficie verde salpicada de olivos y otros árboles, lo que le confiere un carácter natural al conjunto. Allí, la piscina, que sigue el eje marcado por la cubierta, toma un papel protagonista.

Obra nueva

Archivos