Un monolito junto al lago

Esta vivienda de 378 m2 en Brissago (Suiza) es un proyecto de Wespi de Meuron Romeo architects. «Un monolito cortado sencillamente en hormigón lavado, acoplado directamente a la carretera, se levanta de la topografía natural de la pendiente. Dos coches se aparcan casi directamente en el techo. El visitante es guiado hacia abajo a lo largo de un callejón lineal a la puerta de entrada. Un patio de entrada se encuentra justo detrás de la puerta de entrada de madera. A través de este patio se entra en la casa por la planta superior, hacia la cocina con una larga mesa de comedor y una chimenea. Ya al entrar, la sala se abre al paisaje, el Lago Maggiore y las montañas.

La puerta de entrada y la fachada de cristal del patio pueden ser completamente plegadas en la pared, de modo que el exterior y el interior se vuelven un único espacio en el verano. Un ascensor y una escalera llevan a los pisos inferiores. En el piso inferior se encuentra la sala de estar adicional, con chimenea, biblioteca y TV, además de una terraza cubierta al aire libre y un generoso patio con pavimento de piedra natural, dos olivos y una fuente. Grandes aberturas al patio y al exterior. Exterior e interior, paisaje y arquitectura, forman una unidad. El interior participa del patio, al igual que el patio participa del paisaje, con vistas espectaculares. El patio se puede cerrar con dos puertas de madera, que generan una sensación de seguridad. Este patio se convierte en el corazón de la casa; diferentes caminos se unen aquí, como en un pueblo histórico. Ambos lados del patio y las escaleras conducen a la gran terraza jardín con piscina y cocina al aire libre. En las dos plantas inferiores de la casa se ​​ubican tres dormitorios y los baños, así como gimnasio y sauna; también están conectados al jardín y a la piscina por las salidas apropiadas. Debido a su diversidad espacial, las relaciones complejas entre los espacios interiores y exteriores, y circulaciones diversas, esta casa puede ser experimentada como un pueblo histórico.

Fotos: Hannes Henz