Dando la chapa

Con unas vistas privilegiadas hacia el mar, el arquitecto Pablo Tórtora proyectó el complejo de viviendas de veraneo Pueblo Rivero, en Rocha, Uruguay. Con la chapa de acero curvado como principal protagonista, tres eran las variantes a contemplar: el máximo aprovechamiento del terreno, el respeto a la reglamentación municipal de techos inclinados y las vistas.

Sobre 1.000 m2 de superficie se dispuso construir casi 500 distribuidos en 4 cabañas con 2 unidades por volumen, de tres niveles cada uno. La implantación de las mismas se resuelve respetando la pendiente natural del terreno y rotando las plantas para lograr vistas hacia la playa Rivero. Las particularidades de la chapa se encargaron de solucionar el requerimiento de inclinar el techo. El sistema argentino Curvin permitió el diseño continuo de fachada y techo, así como la curvatura a medida de la chapa acanalada.La combinación de materiales como el hormigón visto y la madera contrarrestaron la austeridad de la chapa y otorgan calidez al conjunto. Además, son uso frecuente en las construcciones de la zona. Por otro lado, la envolvente creada cierra intencionalmente la fachada hacia atrás y la abre hacia el mar, de modo que genera privacidad entre las cabañas. La planta baja la ocupan, el baño, la cocina integrada y la sala de estar con estufa a leña. A estos se suma en el exterior un parrillero y una pérgola. En un segundo y tercer nivel, se encuentran las áreas de descanso.

Fotos: José Pampín