El cortijo bioclimático

Diseñada por el estudio de arquitectura James & Mau, la Casa Simón mira a África desde Tarifa (España). Se trata de un cortijo contemporáneo, eco e industrializado, con seis módulos construidos en fábrica. El terreno mira con pendiente al valle que a su vez domina el estrecho de Gibraltar, una zona de fuertes vientos que determinaron la construcción de la casa,  de 300 m2.

En esta casa se opta por crear el recinto de forma abierta mediante un gran plano horizontal. Está formado por una pérgola permeable de chapa que además permite controlar la radiación solar en verano e invierno creando un microclima. A la pérgola se le practican tantos agujeros (interposición de paredes llenas y paredes de vidrio) como volúmenes y éstos se insertan en los mismos. La ocupación de los patios resultantes no es completa, dejando abierta la posibilidad de una futura colonización del recinto, al igual que un pueblo no se construye en un día. Se genera también una riqueza de espacios entre lo construido y el vacío, el dentro y el fuera, que posibilitan que la casa se pueda pasear por muchos recorridos. La piscina (15m de largo y 4 m de ancho) está pegada a la casa para transformarse en un espacio totalmente integrado en el proyecto. A cada extremidad se añade un estanque (los cuales contienen plantas acuáticas para la depuración del agua) que casi invaden la casa. La vivienda está aislada con lana de oveja, así como por paneles de fibra de celulosa y yeso natural para los parámetros interiores, sustituyendo el tradicional Pladur. Con la acción conjunta de la arquitectura bioclimática, el uso de materiales ecológicos y aislamientos de alta calidad, y la integración de sistemas de energías renovables (calefacción de biomasa y paneles solares para el agua caliente), el edificio logra un alto confort térmico. La piscina no utiliza cloro ni otros productos químicos para purificar el agua, sino plantas acuáticas, gravas y microrganismos beneficiosos.

Fotos: Erika Mayer