arquitectura y hogar

Los robots del pasado

Los robots de Gordon Bennett vienen del pasado para invadir nuestras estanterías. Hechas con objetos encontrados en la calle –vale una cafetera desmembrada, por ejemplo–, estas esculturas recrean cómo se veía la ciencia-ficción en la década de 1950. Al menos Ray Bradbury debería tener una junto a su cama.

Cada robot es único, como lo demuestra el número de identidad que llevan grabados en la chapa. Miden entre 12 y 24 centímetros, hacerlos lleva más de un mes y se venden en un santiamén, aunque es posible encontrar alguno por Brooklyn, que es donde se producen.

 

 

 

 

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