Vuelta a navegar
Dentro de un pajar de una antigua casa de campo situada en la isla alemana de Föhr, el estudio de arquitectura italiano Francesco Di Gregorio & Karin Matz diseñó esta vivienda con una estructura de madera de pino recubierta por 3.200 azulejos, cada uno con un agujero hecho a mano.
Esta isla a merced de las mareas –cuando baja se puede ir caminando a otras islas– ha sido el hogar de marineros que han surcado medio mundo. De Asia trajeron cerámica y azulejos. Ser rico significaba tener muchos de ellos, pintados en las paredes del comedor. Las camas eran una caja. Y las habitaciones eran pequeñas y oscuras, todas del mismo tamaño. El espacio se abrió al derribar todos los muros que dividían la casa, a excepción de los que rodean el cuarto de baño. Un nuevo volumen se añade para convertirse en la pared central y unificar el espacio.
Fotos: Francesco Di Gregorio
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